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Aunque la causa exacta de la fibromialgia sigue siendo desconocida, se cree que puede estar relacionada con una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos.
La fibromialgia fue descrita por primera vez en la década de 1800 como "reumatismo muscular", pero no fue hasta la década de 1970 que se le dio su nombre actual. En 1990, la American College of Rheumatology estableció criterios para el diagnóstico de la fibromialgia, lo que ayudó a los médicos a identificar y tratar la afección de manera más efectiva.
A pesar de ser una enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo, todavía es objeto de investigación y, a menudo, mal entendida por la sociedad y, a veces, por la comunidad médica.
Cómo puede ayudar BEMER en la fibromialgia
BEMER (Bio-Electro-Magnetic-Energy-Regulation) es una terapia que se utiliza para mejorar la circulación sanguínea y promover la relajación muscular. Si bien algunas personas con fibromialgia han informado mejoras en sus síntomas con el uso de BEMER, es importante tener en cuenta que no existe una cura definitiva para la fibromialgia, y lo que funciona para una persona puede no funcionar igual para otra. Aquí hay algunas formas en las que BEMER podría ayudar en la fibromialgia:
Mejora de la circulación: La fibromialgia puede estar relacionada con problemas de circulación, y algunos pacientes experimentan dolor y molestias en las extremidades debido a la mala circulación sanguínea. BEMER se utiliza para mejorar la circulación sanguínea, lo que podría aliviar algunos de estos síntomas.
Relajación muscular: BEMER puede ayudar a relajar los músculos y aliviar la tensión muscular. Muchas personas con fibromialgia experimentan dolor muscular y rigidez, y la terapia BEMER podría proporcionar alivio temporal al relajar los músculos tensos.
Mejora del sueño: El sueño de calidad es fundamental para las personas con fibromialgia, ya que la falta de sueño puede empeorar los síntomas. Algunas personas informan que BEMER les ayuda a mejorar la calidad del sueño y a reducir la fatiga.
Es importante tener en cuenta que la fibromialgia es una afección compleja y que las terapias que funcionan para algunos pacientes pueden no ser efectivas para otros.
Recuerda que el manejo de la fibromialgia generalmente implica una combinación de estrategias, que pueden incluir medicamentos, terapia física, ejercicio suave, terapia cognitivo-conductual y cambios en el estilo de vida. Siempre busca la orientación de un profesional de la salud cualificado para asegurarte de recibir el mejor tratamiento posible para tu fibromialgia.
Síntomas de la Fibromialgia
La fibromialgia es conocida principalmente por el dolor generalizado que causa en los músculos y ligamentos, pero va más allá de esta manifestación. A continuación, se describen los síntomas más comunes:
Dolor generalizado: El dolor es el síntoma más distintivo. Es un dolor constante y sordo que ha estado presente durante al menos tres meses y que ocurre en muchas partes del cuerpo, tanto en el lado izquierdo como en el derecho, así como por encima y por debajo de la cintura.
Fatiga: Las personas con fibromialgia a menudo se despiertan sintiéndose cansadas, incluso después de haber dormido durante largos periodos de tiempo. El sueño puede ser interrumpido por el dolor, y muchos pacientes con fibromialgia tienen otros trastornos del sueño, como el síndrome de las piernas inquietas y la apnea del sueño.
Problemas cognitivos: Conocido comúnmente como "niebla fibro", este síntoma incluye dificultades para concentrarse, prestar atención y centrarse en tareas mentales.
Dolores de cabeza tensionales: Estos son comunes entre las personas con fibromialgia y pueden estar relacionados con puntos sensibles en el cuello y los hombros.
Síndrome del intestino irritable: Los síntomas abdominales, como el dolor, la hinchazón y la constipación, están frecuentemente asociados con la fibromialgia.
Dolor en la mandíbula: Las disfunciones de la articulación temporomandibular, que causan dolor en la mandíbula y los sonidos de chasquidos, también pueden estar asociadas con la fibromialgia.
Síntomas depresivos y de ansiedad: Estos son comunes en personas con fibromialgia.
Sensaciones anormales: Las personas con fibromialgia pueden experimentar hormigueo, entumecimiento o sensaciones de ardor en manos y pies.
Otros síntomas: Pueden incluir dolor menstrual intenso, problemas de visión, sequedad en boca y ojos, y sensibilidad a ruidos, luces, olores y temperaturas.
Es importante recordar que la fibromialgia es una enfermedad heterogénea, lo que significa que no todas las personas experimentarán todos estos síntomas. La intensidad y la combinación de síntomas pueden variar de un individuo a otro.
Causas de la Fibromialgia
La causa exacta de la fibromialgia sigue siendo desconocida. Sin embargo, se cree que una variedad de factores trabajan juntos para contribuir al desarrollo y la gravedad de esta enfermedad. Estos son algunos de los posibles factores desencadenantes y causas asociadas:
Factores genéticos: La fibromialgia parece ser hereditaria. Los investigadores creen que ciertas mutaciones genéticas pueden hacer que algunas personas sean más susceptibles a desarrollar la enfermedad.
Infecciones: Algunas enfermedades parecen desencadenar o agravar la fibromialgia.
Traumatismos físicos o emocionales: La fibromialgia puede a veces comenzar después de un trauma físico, como un accidente automovilístico. Los eventos psicológicos estresantes también pueden desencadenar la enfermedad.
Trastornos del sueño: Es posible que haya una relación entre los problemas del sueño y la fibromialgia, aunque la naturaleza exacta de esta relación no está clara.
Problemas neurológicos: Se piensa que en las personas con fibromialgia, el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor de manera anormal. Esto podría ser debido a una alteración en los neurotransmisores o a un mayor flujo de sustancias químicas que transmiten señales de dolor. Además, los receptores cerebrales que interpretan estas señales podrían desarrollar una especie de "memoria del dolor", haciéndolos más sensibles y provocando que reaccionen exageradamente a las señales de dolor.
Factores emocionales y psicológicos: El estrés, la ansiedad y la depresión pueden estar involucrados en la aparición de la fibromialgia en algunas personas.
Otros trastornos: La presencia de enfermedades como el síndrome del intestino irritable, enfermedades autoinmunitarias (como la artritis reumatoide y el lupus), trastornos depresivos y otros, pueden aumentar el riesgo de desarrollar fibromialgia.
Es esencial tener en cuenta que, aunque estos factores pueden estar asociados con la fibromialgia, ninguno de ellos ha sido identificado definitivamente como una causa directa. Es probable que la fibromialgia resulte de una combinación de muchos factores físicos y emocionales.
Factores de riesgo de la fibromialgia:
Sexo: La fibromialgia se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres. Sin embargo, los hombres y los niños también pueden desarrollar la enfermedad.
Edad: Aunque puede afectar a personas de todas las edades, la fibromialgia se diagnostica con mayor frecuencia en adultos de mediana edad.
Historial familiar: Si tienes familiares cercanos (como padres o hermanos) con fibromialgia, es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollarla.
Enfermedades reumáticas: Si padeces una enfermedad reumática, como la artritis reumatoide o el lupus, puedes tener un mayor riesgo de desarrollar fibromialgia.
Traumatismos: Las personas que han sufrido traumatismos físicos o accidentes serios tienen un mayor riesgo de desarrollar fibromialgia, posiblemente debido a la alteración de los mecanismos del cuerpo para procesar el dolor.
Enfermedades infecciosas: Algunas enfermedades, como la gripe o el virus de Epstein-Barr, han sido vinculadas a la aparición de la fibromialgia en algunas personas.
Estrés y acontecimientos emocionales: Los eventos traumáticos o el estrés prolongado pueden contribuir al desarrollo o agravamiento de la fibromialgia en algunas personas.
Cirugías recientes: Algunos informes sugieren que las personas que han pasado por cirugías recientes tienen un mayor riesgo de desarrollar fibromialgia.
Problemas de sueño: Las personas con trastornos del sueño, como el síndrome de apnea del sueño o el insomnio, pueden tener un mayor riesgo de padecer fibromialgia.
Estos factores de riesgo no garantizan que alguien vaya a desarrollar fibromialgia, pero representan condiciones o circunstancias que pueden aumentar la susceptibilidad de una persona a la enfermedad. Es posible que exista una combinación de genética, infecciones y estrés físico o emocional que contribuya al desarrollo de la fibromialgia en una persona.
Diagnóstico de la fibromialgia:
El diagnóstico de la fibromialgia puede ser un proceso complejo, ya que sus síntomas se solapan con muchas otras afecciones, lo que a menudo lleva a confusiones y retrasos en el diagnóstico correcto. Aquí detallamos el enfoque común para diagnosticar esta condición:
Historial médico completo: El médico comenzará tomando un historial médico detallado del paciente, preguntando sobre la duración y el tipo de dolor, así como otros síntomas presentes.
Examen físico: Tradicionalmente, se han utilizado ciertos puntos de sensibilidad o "puntos sensibles" en el cuerpo para ayudar a diagnosticar la fibromialgia. Estos puntos, cuando se presionan, causan dolor en las personas con fibromialgia. Sin embargo, debido a la variabilidad en la respuesta de los pacientes, este método ya no es el único criterio utilizado.
Criterios actualizados: En 2010, el Colegio Americano de Reumatología propuso nuevos criterios para el diagnóstico que consideran el dolor en áreas específicas del cuerpo, junto con otros síntomas como fatiga, trastornos del sueño y problemas cognitivos. Estos criterios buscan proporcionar una visión más completa de la enfermedad.
Descartar otras condiciones: No existen pruebas de laboratorio específicas para diagnosticar la fibromialgia. Sin embargo, el médico puede ordenar análisis de sangre y otras pruebas para descartar enfermedades con síntomas similares, como el hipotiroidismo, la artritis reumatoide y el lupus.
Evaluación de síntomas adicionales: Debido a que la fibromialgia a menudo se presenta con otros síntomas como fatiga, trastornos del sueño y problemas cognitivos, es crucial considerar estos aspectos al hacer un diagnóstico.
Reconocimiento de síntomas concomitantes: A menudo, los pacientes con fibromialgia tienen otras condiciones coexistentes, como el síndrome del intestino irritable, cefaleas tensionales y trastornos del estado de ánimo. Reconocer estas condiciones puede ayudar en el diagnóstico y tratamiento integral del paciente.
En resumen, el diagnóstico de la fibromialgia se basa en un enfoque combinado que tiene en cuenta la historia clínica del paciente, un examen físico detallado y la eliminación de otras condiciones médicas. Dado que no hay una "prueba definitiva" para la fibromialgia, el diagnóstico requiere una evaluación cuidadosa y consideración por parte del médico tratante.
Tratamiento de la fibromialgia:
La fibromialgia es una enfermedad crónica que, aunque no tiene cura, puede ser manejada con una combinación de tratamientos. Estos enfoques buscan aliviar el dolor, mejorar el sueño y abordar otros síntomas asociados. Aquí se ofrece una visión general de las principales opciones de tratamiento:
Medicamentos:
Analgésicos: como el paracetamol o antiinflamatorios no esteroides (AINE), pueden aliviar el dolor leve.
Antidepresivos: como la duloxetina o el milnaciprán, pueden ayudar a aliviar el dolor y la fatiga.
Medicamentos antiepilépticos: como la pregabalina, se han aprobado para tratar la fibromialgia, aliviando algunos de sus síntomas.
Relajantes musculares: pueden ayudar a aliviar el dolor muscular y las espasmos.
Terapias:
Fisioterapia: A través de ejercicios específicos y técnicas de estiramiento, la fisioterapia puede ayudar a mejorar la fuerza muscular y disminuir el dolor y otros síntomas.
Terapia ocupacional: Ayuda a los pacientes a hacer ajustes en su lugar de trabajo o en las actividades diarias para reducir el estrés en el cuerpo.
Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta forma de terapia puede ayudar a las personas a reconocer patrones de pensamiento negativo y desarrollar estrategias para enfrentar mejor el dolor y el estrés.
Enfoques de autocuidado:
Ejercicio: Aunque puede ser doloroso al principio, el ejercicio regular, como caminar o nadar, puede ser muy beneficioso en el manejo de la fibromialgia a largo plazo.
Técnicas de relajación: Prácticas como la meditación, el yoga y la respiración profunda pueden ayudar a aliviar el estrés y mejorar el bienestar general.
Sueño: Mantener una rutina regular de sueño y crear un ambiente propicio para dormir es crucial.
Dieta: Algunas personas encuentran que ciertos alimentos empeoran sus síntomas. Llevar un diario de alimentos y síntomas puede ayudar a identificar y eliminar estos desencadenantes.
Terapias alternativas: Muchas personas con fibromialgia también exploran terapias como la acupuntura, masajes y quiropráctica, aunque su eficacia puede variar entre individuos.
El tratamiento de la fibromialgia a menudo requiere un enfoque multifacético, adaptado a las necesidades individuales del paciente. La comunicación abierta con los profesionales de la salud y el compromiso con un plan de tratamiento son esenciales para manejar efectivamente esta condición.
Manejo y autocuidado de la fibromialgia:
Lidiar con la fibromialgia puede ser un desafío diario, pero con las estrategias adecuadas de manejo y autocuidado, es posible mejorar la calidad de vida y reducir la severidad de los síntomas. A continuación, se presentan algunos consejos y técnicas que han demostrado ser efectivos:
Ejercicio regularmente:
Comienza despacio: Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, comienza con actividades de bajo impacto como caminar, nadar o montar bicicleta estacionaria.
Establece una rutina: Trata de hacer ejercicio al mismo tiempo todos los días para crear un hábito.
Busca actividades que disfrutes: Esto te motivará a mantener la rutina.
Dietas saludables:
Lleva un diario de alimentos: Esto te ayudará a identificar si ciertos alimentos exacerban tus síntomas.
Consume una dieta equilibrada: Prioriza frutas, verduras, granos enteros y fuentes magras de proteína.
Hidrátate: Bebe suficiente agua durante el día.
Prácticas de reducción del estrés:
Meditación: La meditación diaria, incluso solo durante unos minutos, puede ayudar a reducir el estrés y mejorar el bienestar general.
Yoga: Combina ejercicio físico con técnicas de respiración y meditación.
Técnicas de respiración: Respirar profundamente y de manera controlada puede ayudar a reducir la ansiedad y el dolor.
Escritura terapéutica: Mantener un diario puede ofrecer una vía de autoexpresión y reflexión.
Establece una rutina de sueño:
Crea un ambiente propicio: Asegúrate de que tu habitación esté oscura, tranquila y fresca.
Mantén horarios regulares: Acuéstate y levántate a la misma hora todos los días.
Evita la cafeína y las pantallas: Limita la cafeína en la tarde y evita dispositivos electrónicos antes de acostarte.
Organiza tus actividades:
Programa descansos: Si tienes un día ocupado, asegúrate de tomarte el tiempo para descansar y relajarte.
Aprende a decir no: Es importante reconocer tus límites y no sobrecargarte.
Busca apoyo:
Grupos de apoyo: Compartir tus experiencias con otros que entienden lo que estás pasando puede ser inmensamente beneficioso.
Terapia: Un terapeuta puede ofrecer estrategias y técnicas adicionales para enfrentar el dolor y el estrés.
Complicaciones asociadas a la fibromialgia:
La fibromialgia, más allá de sus síntomas principales, puede llevar a una serie de complicaciones que afectan tanto la salud física como la mental. Estas complicaciones pueden exacerbar la condición o surgir como consecuencia directa o indirecta de vivir con fibromialgia. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen:
Problemas de sueño:
Muchos pacientes con fibromialgia tienen dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormidos. Esto puede conducir a insomnio crónico, trastornos del sueño como el síndrome de las piernas inquietas y apnea del sueño.
Trastornos del estado de ánimo:
Debido al dolor crónico y la fatiga, es común que las personas con fibromialgia desarrollen condiciones como depresión y ansiedad. Estos trastornos, a su vez, pueden empeorar los síntomas de la fibromialgia.
Síndrome del intestino irritable (SII):
Muchos pacientes con fibromialgia también sufren de SII, que se caracteriza por dolor abdominal, hinchazón y problemas de evacuación.
Dolores de cabeza crónicos:
Es común que las personas con fibromialgia experimenten migrañas o dolores de cabeza tensionales.
Disfunción de la articulación temporomandibular (ATM):
Esta afección afecta las articulaciones y los músculos de la mandíbula y puede causar dolor en la mandíbula, la cara, la cabeza, el cuello y los hombros.
Dificultades de concentración y memoria:
A menudo referido como "niebla fibro" o "niebla cerebral", este síntoma se caracteriza por lapsos momentáneos en la memoria, dificultades para concentrarse y confusión.
Dolor en otros síndromes:
Las personas con fibromialgia pueden ser más propensas a desarrollar otros síndromes de dolor crónico como el síndrome de fatiga crónica, la artritis reumatoide y el lupus.
Sensibilidades:
Los individuos con fibromialgia a menudo muestran una mayor sensibilidad a cosas como el frío, el calor, la luz brillante y los ruidos fuertes.
Es crucial que aquellos diagnosticados con fibromialgia estén al tanto de estas posibles complicaciones y trabajen en conjunto con sus profesionales de salud para monitorear y abordar cualquier síntoma adicional o condiciones relacionadas. Un manejo adecuado puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar estas complicaciones y mejorar la calidad de vida del paciente.
Impacto psicológico de la fibromialgia:
La fibromialgia no solo es una enfermedad que afecta el cuerpo físicamente; tiene un profundo impacto en la psique y el bienestar emocional de quienes la padecen. La constante batalla contra el dolor crónico, la fatiga y otros síntomas puede crear o intensificar problemas psicológicos y emocionales.
Depresión:
Es común que las personas con fibromialgia experimenten episodios de depresión. Lidiar con un dolor constante y la incomodidad diaria puede llevar a sentimientos de desesperanza, aislamiento y desánimo. La depresión puede hacer que los síntomas físicos sean más difíciles de manejar y, a su vez, el dolor crónico puede intensificar los síntomas de la depresión.
Ansiedad:
La ansiedad puede ser resultado de vivir con el temor constante de cuándo surgirá el próximo brote de dolor o fatiga. Esta anticipación constante puede generar estados de ansiedad, que a su vez pueden desencadenar o exacerbar los síntomas de la fibromialgia.
Aislamiento social:
Debido al dolor y la fatiga, muchas personas con fibromialgia pueden evitar actividades sociales, lo que puede llevar a un aislamiento. Este retiro del mundo social puede intensificar los sentimientos de soledad y alienación.
Dificultades cognitivas:
La "niebla fibro" puede causar problemas de concentración, memoria y capacidad para realizar tareas cotidianas. Estos desafíos pueden generar frustración, baja autoestima y preocupaciones sobre la capacidad para funcionar en la vida diaria.
Estrés:
El estrés puede ser tanto una causa como una consecuencia de la fibromialgia. Manejar los síntomas diarios puede ser estresante, y a su vez, el estrés puede desencadenar o intensificar un brote de síntomas.
Dificultades en la imagen corporal:
La fatiga y el dolor pueden limitar la capacidad de una persona para mantenerse activa, lo que puede conducir a problemas con la imagen corporal y la percepción de uno mismo.
Es fundamental reconocer la conexión entre el cuerpo y la mente al tratar la fibromialgia. Una atención médica integral que aborde tanto los síntomas físicos como el bienestar psicológico es crucial. Terapias como la psicoterapia, grupos de apoyo y técnicas de manejo del estrés pueden ser herramientas valiosas para ayudar a las personas con fibromialgia a enfrentar estos desafíos emocionales y mentales.
Mitos y conceptos erróneos sobre la fibromialgia:
La fibromialgia, al ser una enfermedad compleja y poco comprendida, está rodeada de mitos y malentendidos. Desmitificar estos conceptos erróneos es esencial para apoyar a los afectados y promover una comprensión más precisa de la enfermedad.
Mito: La fibromialgia no es una enfermedad real.
Realidad: Aunque no se comprende completamente, la fibromialgia es una enfermedad legítima reconocida por organizaciones médicas de todo el mundo. Las personas con fibromialgia experimentan síntomas reales y a menudo debilitantes.
Mito: Es solo "dolor en la cabeza".
Realidad: El dolor de la fibromialgia es real y puede ser intenso. No es simplemente un producto de la imaginación del paciente.
Mito: Solo afecta a mujeres.
Realidad: Aunque es más común en mujeres, los hombres también pueden padecer fibromialgia. Este mito puede llevar a diagnósticos erróneos o a la desestimación de síntomas en hombres.
Mito: Las personas con fibromialgia son simplemente perezosas.
Realidad: La fatiga y el dolor asociados con la fibromialgia pueden limitar las actividades de una persona, pero esto no significa que sean perezosas. Es importante entender la diferencia entre la incapacidad física y la falta de voluntad.
Mito: La fibromialgia es solo una excusa para obtener medicamentos para el dolor.
Realidad: Aunque algunos pacientes con fibromialgia pueden necesitar medicamentos para el dolor, la mayoría busca alivio real de síntomas debilitantes y no busca simplemente medicación.
Mito: Si te ves bien, no puedes tener fibromialgia.
Realidad: La fibromialgia es una enfermedad invisible. Muchas personas con la enfermedad parecen "normales" por fuera, pero internamente pueden estar luchando contra el dolor y la fatiga.
Mito: La fibromialgia no es grave.
Realidad: Aunque no es mortal, la fibromialgia puede ser severamente debilitante y afectar significativamente la calidad de vida de una persona.
Al comprender estos mitos y realidades, podemos contribuir a una mayor empatía y apoyo hacia aquellos que padecen fibromialgia. Es esencial abordar estos conceptos erróneos para mejorar la atención médica y el apoyo social para estos pacientes.
Investigaciones recientes sobre la fibromialgia:
La fibromialgia, una enfermedad caracterizada principalmente por el dolor crónico, sigue siendo objeto de intensa investigación. Aunque todavía hay mucho que aprender, los avances recientes ofrecen esperanza y una comprensión más profunda de esta compleja afección. Aquí presentamos algunos de los hallazgos y avances más recientes:
Origen neurológico del dolor: Estudios recientes utilizando técnicas de imagen avanzadas, como la resonancia magnética funcional (fMRI), han mostrado que el dolor experimentado por las personas con fibromialgia puede tener un origen neurológico. Estos hallazgos sugieren que el cerebro de los pacientes con fibromialgia procesa el dolor de manera diferente que aquellos sin la enfermedad.
Microbioma intestinal: Algunas investigaciones recientes han señalado posibles conexiones entre el microbioma intestinal y la fibromialgia. Las alteraciones en la flora intestinal podrían desempeñar un papel en la exacerbación de los síntomas.
Inflamación del sistema nervioso: Un estudio reciente ha sugerido que las personas con fibromialgia podrían tener inflamación en ciertas áreas del cerebro, lo que podría contribuir al dolor crónico y otros síntomas.
Factores genéticos: Si bien la fibromialgia no es necesariamente hereditaria, la investigación ha identificado ciertos genes que podrían hacer que algunas personas sean más susceptibles a desarrollar la enfermedad.
Nuevos tratamientos: Más allá de los medicamentos tradicionales para el dolor, se están explorando tratamientos como la estimulación cerebral profunda, la terapia con láser y las técnicas de biofeedback para tratar la fibromialgia. Aunque aún están en las etapas experimentales, estos tratamientos representan enfoques innovadores para manejar la enfermedad.
Tratamientos no farmacológicos: La investigación continúa respaldando la eficacia de tratamientos no farmacológicos, como el ejercicio aeróbico, la terapia cognitivo-conductual y técnicas de relajación, en la gestión y reducción de síntomas de la fibromialgia.
Diagnóstico a través de marcadores biológicos: Se está investigando la identificación de marcadores biológicos específicos para facilitar el diagnóstico de la fibromialgia, lo que podría llevar a intervenciones más tempranas y efectivas.
A medida que la investigación continúa avanzando, la esperanza es que estos descubrimientos lleven a diagnósticos más precisos, tratamientos más efectivos y una mejor calidad de vida para quienes padecen fibromialgia. Es esencial mantenerse actualizado con los hallazgos más recientes para proporcionar la mejor atención posible a los pacientes.
Recursos adicionales sobre la fibromialgia en España y en el extranjero:
Asociación de Afectados de Fibromialgia y Fatiga Crónica (AFINSYFACRO): Con sede en España, es una entidad que proporciona apoyo, información y actividades para las personas afectadas por fibromialgia y síndrome de fatiga crónica.
Fibromialgia, Sociedad Española de Reumatología (SER): Ofrece información sobre la enfermedad, su diagnóstico, tratamiento y más, adaptada al contexto español.
Sitio web: www.ser.es
Liga Reumatológica Española (LIRE): Ofrece información y apoyo a pacientes con enfermedades reumáticas, incluida la fibromialgia.
Sitio web: www.lire.es
National Fibromyalgia Association (NFA): Una organización internacional con sede en EE.UU. que se dedica a mejorar la calidad de vida de las personas con fibromialgia. Proporciona recursos educativos, noticias y eventos relacionados.
Sitio web: www.fmaware.org
Fibromyalgia Network: Con base en EE.UU., ofrece noticias actualizadas, boletines y un directorio de profesionales médicos familiarizados con la fibromialgia.
Sitio web: www.fmnetnews.com
Arthritis Foundation: Aunque su enfoque principal es la artritis, esta organización con sede en EE.UU. también proporciona recursos e información sobre la fibromialgia.
Sitio web: www.arthritis.org
European Network of Fibromyalgia Associations (ENFA): Una coalición de grupos nacionales de fibromialgia en Europa que trabajan juntos para elevar la conciencia y promover la investigación sobre la enfermedad.
Sitio web: www.enfa-europe.eu
Estos recursos pueden ofrecer una valiosa guía y apoyo a quienes buscan entender más sobre la fibromialgia y cómo manejarla, ya sea que estén en España o en cualquier otra parte del mundo.
terapiafisicovascular.es no proporciona consejos ni servicios médicos. BEMER no está diseñado para diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad. No debe usarse para ningún propósito que no esté descrito en el manual del usuario. Por favor, consulte siempre a un profesional de la salud cualificado si tiene algún problema médico.